Las empresas de servicios operan en un entorno centrado en el cliente, donde evaluar continuamente los contratos para identificar los riesgos y obligaciones es crucial. Esta tarea prolongada y exigente de revisión de cumplimiento y cláusulas es un desafío.
Ante las expectativas crecientes de los clientes, estas organizaciones deben ser capaces de procesar los contratos de manera rápida y precisa, sin comprometer su cumplimiento. Si no se abordan, estos desafíos pueden resultar en demoras en los ingresos, clientes insatisfechos, interpretaciones erróneas y posibles responsabilidades legales.