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¿Cuándo un despido se considera improcedente?
Despido improcedente
Un despido se considera improcedente cuando se realiza sin existir una causa justificada o cuando no se han seguido adecuadamente los procedimientos establecidos por la ley.
Según el Estatuto de los Trabajadores en España, existen dos situaciones en las cuales es posible la consideración de improcedente de un despido:
- Despido improcedente por falta de causa justificada: Esto ocurre cuando el empleador decide despedir a un trabajador sin que exista una razón válida y justificada para ello. Por ejemplo, si un empleado es despedido sin motivo aparente o sin incumplir gravemente sus obligaciones laborales.
- Despido improcedente por incumplimiento de procedimiento: Esto sucede cuando se han violado los requisitos legales y procedimientos establecidos para llevar a cabo un despido. Por ejemplo, si el empleador no ha entregado una carta de despido escrita al trabajador, no ha respetado los plazos de preaviso o no ha seguido el procedimiento de consulta previa en casos de despidos colectivos.
Si se considera que un despido es improcedente, el empleador puede o bien readmitir al trabajador en el puesto de trabajo del que había sido despedido o bien indemnizarle por daños y perjuicios, tiene un plazo de 5 días hábiles a partir de la notificación judicial de la sentencia que declara el despido como improcedente para tomar una decisión entre la readmisión del trabajador o el pago de la indemnización correspondiente. Si no se pronuncia al respecto, se presumirá que ha elegido la readmisión.
Por ejemplo, Carlos ha trabajado en una empresa durante varios años y siempre ha cumplido con sus responsabilidades. Un día, la empresa decide despedirlo de manera repentina y sin proporcionar una razón clara. No se siguen los procedimientos adecuados de notificación ni se proporciona ninguna justificación válida para el despido. Dado que no hay motivos suficientes ni procedimientos adecuados, el despido de Carlos podría considerarse improcedente.