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Diferencias entre acudir a la vía judicial o a arbitraje

Diferencias entre acudir a la vía judicial o a arbitraje

Existen diversas diferencias entre acudir a la vía judicial o a arbitraje si nos enfrentamos a una controversia legal.

Cuando las personas tienen una controversia legal, pueden elegir entre dos formas de resolverla: ir a juicio o a arbitraje. Así, las partes pueden pactar libremente las condiciones de sus relaciones jurídicas, siempre que no sean contrarias a la ley, al orden público o a las buenas costumbres.

El juicio es el proceso que se lleva a cabo ante los tribunales de justicia, que son órganos del Estado que aplican las leyes vigentes. El arbitraje es un método alternativo de resolución de conflictos.

Estas son algunas de las diferencias entre acudir a la vía judicial o a arbitraje:

Juicio Arbitraje
Los jueces son asignados por la ley y no pueden ser elegidos por las partes Los árbitros son elegidos por las partes o por una institución arbitral
El proceso se rige por las normas jurídicas vigentes del país donde se celebra el juicio El proceso se rige por la voluntad de las partes, que pueden pactar la ley aplicable al caso. Puede ser de derecho o de equidad
La resolución que pone fin al proceso se llama sentencia y puede ser recurrida ante instancias superiores La resolución que pone fin al proceso se llama laudo y tiene carácter definitivo y vinculante para las partes

No obstante, tanto en tribunal como en arbitraje, las partes pueden elegir dónde resolver su conflicto (el país, la ciudad). Así, se someten a su autoridad, aunque quizás hubiera otro competente según las normas habituales. Esto les ahorra problemas o retrasos legales, y les garantiza que el órgano elegido decida el caso.

Por ejemplo, si tienes un contrato con una empresa de otro país, puedes pactar que si hay algún problema, se resuelva en España o en el país de la otra empresa, o en un tercer país.

Aunque las partes puedan elegir la jurisdicción en su contrato, las normas de competencia judicial o arbitral pueden seguir siendo relevantes para determinar el órgano competente. La elección de jurisdicción hecha por las partes suele influir en el proceso, pero no siempre excluye la aplicación de las normas legales de competencia.

Por ejemplo, si el juzgado elegido por las partes no fuera competente por razón de la materia o por razón del valor de la demanda, podría plantearse una cuestión de competencia y derivar el caso a otro órgano judicial. 

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